Desde el año 2006, dentro del marco de las Fiestas Trienales de la Bajada de la Virgen del Pino en El Paso, se viene celebrando el «Premio de Poesía Antonio Pino», que en este año 2018 alcanza su quinta edición. Este concurso literario se ha forjado una notable reputación dentro de las letras insulares al celebrarse de forma trienal y por contar con un jurado de enorme prestigio. Este certamen lleva el nombre del escritor y poeta canario Antonio Pino Pérez, natural de municipio de El Paso, y que también pone nombre a la Biblioteca Municipal.
Aquí se pueden encontrar las cuatro poesías ganadoras de las ediciones anteriores.
AÑO 2015
DÉCIMAS A LA BAJADA DE LA VIRGEN DEL PINO
Autora: Marta Ariste
En estas fiestas de El Paso
ya baja la Romería
con la imagen de María
conduciendo nuestros pasos.
Al verla alzan sus brazos
pletóricos los romeros
y brindan con verdadero
amor y con certidumbre,
pues desde el mar a la Cumbre
No brilla mayor lucero.
Como la brisa desciende
cubriendo toda la Cumbre,
baja una gran muchedumbre
y el bullicio se extiende.
Yo sé que hay quien no comprende
el fervor de estas gentes
que cual sonoros afluentes
se lanzan por las veredas
levantando humaredas
como las lavas ardientes.
Las carrozas van rodando
relucientes y enramadas
las parrandas apiñadas
siguen al carro cantando.
Los romeros van bajando
aligerando el camino
con un buen trago de vino
que refresca la garganta
y hace gritar al que canta:
“¡Viva la Virgen del Pino!”
AÑO 2012
VIAJERA DE IDA Y VUELTA
Autor: Jorge Ángel González Rodríguez
Algarabía de fiesta que resuena alrededor del ancestral y solitario Pino,
escarpado torrente de algodón que decora y enjalbega la arrogante cordillera,
vaguada de fervor que afable recibe la trienal visita del fraternal peregrino,
valle que en su acogedor regazo, maternal, alberga a la Sagrada Escudera.
Frondosos eucaliptos arropan la acalorada espera de ataviados romeros,
que con desbordante alegría reciben la aparición de la Doncella del Monte,
cual lava incandescente, la devoción desciende por sinuosos senderos
y entre cantos y danzas, arriban con la divina efigie a su santo horizonte.
Solemniza el recodo de descanso la pausa, la quietud, la tranquilidad;
visitantes acuden al templo engalanado, veneran la imagen hecha deidad,
arropan a la Señora del Pino, la honran y la adoran, le encomiendan su gente,
le muestran sus honores, la dignifican y muestran su creencia ferviente.
La estancia se hace corta, la vuelta a su remanso se antoja plácida y sosegada,
el atávico Pino, impasible al paso de los años, ansía la llegada de su compañera,
que a su santuario anhela el retorno, una vez satisfecho su espíritu de viajera,
y sube por caminos endomingados, feliz por su regreso, guapamente ataviada.
El periplo termina en el templo del monte, ansiosos feligreses allí la esperan…
AÑO 2009
LATE EL VIEJO CAMPANARIO
Autora: Susy Rodríguez
Late el viejo campanario
como un armazón de cemento y recuerdos,
traza cada tres años una vereda de fiestas
donde emigró mi infancia en un caballo de penca y caña.
Baja la virgen y sube adherida en cada ventana,
esparciendo en evanescente y caduco perfume de pino y brisa.
Acanala su sonrisa los tejados a dos aguas,
por donde rueda el desvarío que se estrella en los geranios.
¡Ya tengo mi vestido sobre la cama!,
como una fantasma bordado que se difunde en el baúl de tea,
la cimbreante carroza de caricias de cartón y buganvilla,
la alfombra roja y la trapera colgando en el riel de mi mirada.
Mi pueblo me llama y se asoma
trepando por las mimosas cuerdas de un timple,
arrastrándose por los viejos caminos empedrados,
sentados bajo el pino gigantesco que vela la imagen.
Mantienen en sus manos un cuenco de ilusiones
que derrama en los malpaíses y arenales,
lanza tajos de fiestas que se esparcen por las calles,
que respiga su gente en las albardas del alma.
¡Ya vuelven las fiestas asomando por la ladera!
Con banderines de colores colgados de las ansias,
el repique de campanas se despierta en los hogares
y se acomoda la virgen en los pies de cada cama.
AÑO 2006
MADRE
Autora: Elia Isabel Ramos Bautista.
¡Mamá! ¿quién es la Virgen?
Hermosa,
engalanada con corona de castaños,
aderezada de almendras,
asedada,
sus cabellos transformados en brisa persistente,
blanca.
A su diestra un gran pino,
bastón,
como lecho la Cumbre Vieja
y el Birigoyo como almohadón.
A su izquierda una mirilla, ¡el Bejenao!,
Y en su manto un broche
de paredón.
Ya se prepara, ya va bajando,
ya los niños la esperan,
vestidos de típico y siempre jugando.
¡Mamá! ¡Quiero ir a Las Canales!
¡Quiero vestirme de blanco!
Cantar en la Loa y el Carro,
repartir papas nuevas
y bailar en las verbenas.
Bailar, como abuelo, un tajaraste
y enlazar la cinta.
Mejor me compras burbujas, de esas
que llegan a lo más alto.
¡Hijo!, vete a donde tú quieras,
pero no olvides visitarla y venerarla.
¡Virgen del Pino!,
que siempre esperas que vaya a tu encuentro
cuando cantas, juegas, anhelas
o en tristeza te hayas.
¡Recuerda que te susurra al oído
y en su regazo te aguarda
con besos de una madre que te llama!