Si hay algo que identifique el paisaje de nuestra isla y sobre todo el de nuestro pueblo son los pinares, algunos de ellos con una entidad propia, es decir ¡Tienen Nombre!

Y éstos se ven reflejados en la toponimia tradicional de la isla e incluso en la cartografía oficial. Valgan sólo dos ejemplos de ello: Los Pinares de Ferrer situados en las estribaciones de la cara Sureste de la montaña de Bejenao (Beneauno o Beneauco) y Pinares de Mantigua, que se yerguen sobre la cresta de un lomo en el interior de La Caldera de Taburiente, orientados al Este, y más concretamente separando los cauces del Barranco del Diablo al Norte y el Barranco de las Verduras de Alfonso al Sur.

Pinares de Mantigua (El Paso – La Palma)

 

Sirva este primer comentario para destacar la importancia de este árbol tan nuestro El Pino Canario (Pinus Canariensis), relevancia que le viene dada por la gran utilidad que ha tenido a través de la historia para los habitantes de esta tierra, en todas sus facetas, como alimento de ganados, en el campo de la construcción, como combustible, valiosísima era su madera en épocas pasadas como producto de exportación, principalmente a Inglaterra etc.

Pero en esta ocasión quiero centrarme en algunos pinos en concreto por la función que desempeñaron y aún desempeñan algunos de ellos y que era, ni más ni menos, que la de marcar la dirección de caminos y pasos. Empecemos por la cumbre, ya que desde allí comenzaba una sucesión de ellos guiando a los caminantes que antaño transitaban el Camino Real, que cruzaba la isla de Este a Oeste, algunos se conservan y otros han desaparecido como consecuencia del desarrollo urbanístico y de nuevas vías de comunicación, o quizá también porque su función de faro y guía ya no es necesaria, pero creo que merece la pena dejar constancia de lo que hubo y de lo que hay.

El primero que nos encontramos siguiendo la ruta mencionada anteriormente se encuentra más o menos a la mitad de el tramo del Camino Real conocido como “Las Vueltas de la Cumbre». Es un pino pequeño y achaparrado cuya copa se asemeja a “una sombrilla”. No es un pino joven aunque por su tamaño lo pudiera parecer, quizá la mano del hombre lo fue moldeando, para conseguir esa forma tan peculiar, que a la vez tiene la utilidad de dar sombra, en un sitio que cuando el sol aprieta se agradece; ¿ Será por eso que es conocido como pino del descanso o del aliviadero?

 

Camino de Las Vueltas y Pino del Aliviadero (El Paso -La Palma)

 

Descendiendo el Camino de las Vueltas a una amplia ladera que en bajada nos lleva hasta el Pino de la Virgen que es, sin lugar a dudas, el más importante. No me detendré en Él en esta ocasión ya que existirán en este blog otros trabajos que lo definen, describen y le dan la importancia que sin lugar a dudas se merece. Pero si comentaré que al descender dicho lomo con anterioridad al “De La Virgen” hay un bosque de “Pinos Viejos“ que por siglos han perdurado, incluso salvándose de las épocas de las grandes talas para el aprovechamiento de su valiosa madera de tea; sobre este conjunto de pinos viejos hay varias teorías de el porque se conservaron, pero a titulo particular me quedo con la que un día me comento alguien al que considero “amigo y buena gente”, el cual sostiene que seguramente como ese es el tramo mas duro del camino conocido como El Reventón se dejaron para que mantuvieran la sombra y así el discurrir de los que transitaban esa vía fuese mas agradable y menos agotadora, sobre todo en la época estival, el calor en esa zona llega a cotas de temperaturas extremas, y creo que no exagero pues los que frecuentamos ese lugar lo sabemos por propia experiencia.

Pino de la Virgen (El Paso – La Palma)

 

Un poco mas abajo y en dirección Oeste divisamos otros dos, están en lo alto del lugar conocido como Los Morros de Balango (así consta este topónimo tanto en la cartografía oficial como en el catastro del Ayuntamiento de El Paso).

Pinos de los Morros de Balango (El Paso – La Palma)

 

Con anterioridad no había mencionado que estos pinos se dejaban crecer en lugares de orografía relativamente alta, en nuestro vocablo tradicional “Morros o Lomos». Éste último mencionado, y siempre conservando la dirección de Este a Oeste del camino, está a la izquierda del tramo que va desde El Pino de La Virgen , Barranco de las Canales y La Rosa. Quizás en tiempos pasados había mas pero carezco de esa información, por eso los siguientes que nos encontramos están a una considerable distancia, pues se sitúan en el barrio de Tenerra; eran dos pero uno de ellos ya ha desaparecido pues estaba en el lugar dónde se construyó el colegio Adamancasis al final de la Avenida Islas Canarias, en dirección Norte, pero su “Hermano» si se conserva. Alguien en algún momento no muy lejano en el tiempo tuvo la sensibilidad y el acierto de integrarlo dentro del diseño del edificio del nuevo Centro de Salud de El Paso, y  ¡allí está!, como figura principal en medio del jardín interior del citado edificio.

 

Pino de Tenerra (El Paso – La Palma)

 

Estos pinos, con el siguiente que voy a nombrar, tenían una importancia si cabe mayor que ningún otro (exceptuando, por supuesto, El de La Virgen) pues en esta zona, hoy centro neurálgico de nuestra ciudad, el Camino Real tenía una variante principal que seguía el recorrido de lo que hoy conocemos por Las Cuestas y un secundario que seguía el cauce del Barranco de Tenisca o Tenisque y que se llama Camino de El Verde. El pino que se yergue en lo alto de un morro, que a su vez está en medio de los dos caminos separándolos, es decir sirve de marca tanto para uno como para el otro. A este lo conocemos como “El Pino Pascual». Permítanme que me detenga un poco en este punto y lugar, ya que para bien o para mal, vine a este mundo en este barrio. Muchos de mis ratos de juegos de infancia fueron con mis amigos cerca de éste hermoso árbol, corriendo por ese morro, que era propiedad de D. Andrés Pérez, ya fallecido.

 

El Pino Pascual (El Paso -La Palma)

D. Daniel Calero, conocido por mi con mucho cariño y respeto como D. Daniel el Sordo, me contaba que él se había subido muchas veces al pino para “rozarlo», esto es en pocas palabras una labor de antaño ya desaparecida que se hacía para aprovechar el ramaje verde como forraje o Cama de ganado. Esto último era para poner bajo el ganado vacuno en los pajeros y posteriormente usarlo como estiércol en las huertas. La labor de roza consiste en subirse a lo más alto del pino y desde arriba hacia abajo irle cortando las ramas, de ahí que con la continuidad de esta práctica el árbol coja una forma alta y estilizada y no se abra en copa, característica que El Pino Pascual aún conserva. A la última persona que yo pude ver realizar esta dura labor fue a D. Venicio Pais González; que al igual que D. Andrés Pérez, y D. Daniel Calero ya desaparecido, permitidme decir: Tiempos pasados recordados con cariño y añoranza y personas que por lo menos para mi han sido maestros y baluarte de las costumbres y tradiciones de mi pueblo, que valoro en extremo.

Continuemos buscando esos “Pinos Guía». Los siguientes los encontramos entre El Morro de San Telmo y El Tinglado por lo que conozco serían los últimos dentro del territorio de nuestro pueblo, ya que en el fondo de la cuesta de El Tinglado está la frontera entre El Paso y el municipio de Los Llanos, pero como peculiaridad diremos que en ese lugar convergen otra vez los dos caminos, es decir la continuación de El Verde con el de Las Cuestas.

Pero no me resisto a terminar éste relato sin nombrar otro pino gigantesco y espectacular, poco conocido por la mayoría, pero sí por algunos «privilegiados», entre los que afortunadamente me encuentro, y  es conocido como el Pino de Los Agujeritos o Pino de Risco Liso. Cualquiera de los dos nombres es válido pues se encuentra justamente entre esos dos risco, en una pequeña hondonada justamente al borde de un impresionante abismo. Alguien puede pensar que llevo el agua a mi terreno, y hace bien, pues los que me conocen saben que me encanta andar con mis compañeros de  la Jurria Tenerra de Salto del Pastor  y mi compañera “Mi Lanza “ por esos lugares únicos y maravillosos que son los riscos de “Mi amada Caldera de Taburiente«, donde está este descomunal pino. Pero este pino marca un camino usado desde la época de nuestros  antepasados “Los Benahoaritas», prueba de ello son los grabados y yacimientos arqueológicos que abundan en esta zona, continuado su uso por los pastores, y hoy por aficionados a la montaña y “Al Risco».

 

Pino del Risco Liso o de Los Agujeritos

 

El camino comienza en Roque Palmero, promontorio que se localiza en el Roque de los Muchachos  y desciende al Espigón Atravesado, pasando por la cueva y fuente de Tajodeque, continuando por el barranco del mismo nombre hasta Los Charcos de Cáceres y ahí vemos El Pino que nos señala la “marca de la pasada«, necesaria para bordear por la cara exterior del risco “El anden de Cáceres» y llegar al hoyo o Valle de Tajodeque. Desde allí nos dirigir  a los Picos de los Agujeritos. Dicho sea de paso, varios de estos picachos tienen pinos en sus vértices mas elevados, y desde allí descender al interior de La Caldera de Taburiente.

Podemos terminar diciendo que “Pinos hay muchos, pero puede dar para mucho el hablar de Pinos«. Quiero desde aquí expresar mi mas más sincero agradecimiento a todas mis fuentes, personas que aún están y otras que se fueron, todos me han enseñado, y de todos he aprendido. Pienso que escribiendo los conocimientos por todos ellos transmitidos es como mejor puedo homenajearlos.

También quiero enviar desde estas páginas mi mayor gratitud a dos personas, por su inestimable ayuda sobre toponimia y cartografía, fotografías o datos técnicos recogidos por ellos durante muchos años de trabajo, el primero en el ayuntamiento de nuestro pueblo y el segundo en el parque nacional de La Caldera de Taburiente : D. Miguel Ángel Acosta Martín y D. Ángel Palomares Martínez.

Escrito por:

Carlos Cecilio Rodríguez López

Publicado en el programa de

Las Fiestas Trienales de Nuestra Señora del Pino

Año 2012