Es propósito del presente estudio hacer un breve recorrido por los actos festivos más genuinos y representativos de aquellas poblaciones que rinden culto a la imagen de la Virgen del Pino.
El origen de esta advocación mariana está en el hecho de haber sido encontradas las imágenes de la Virgen María en los troncos o en las ramas de unos ejemplares de pinos, según nos narran leyendas o crónicas que hacen referencia a “prodigiosos hallazgos”. Hemos de resaltar que dicha advocación no se encuentra muy extendida en la totalidad de la geografía hispana y, más bien, es específica de lugares muy concretos y distantes entre sí, situados en tierras de Castilla, Andalucía y Canarias. Tal circunstancia explica que sean muchas las personas que celebran la festividad del Pino en una determinada localidad y desconozcan la existencia de celebraciones sobre la misma advocación en otros rincones.
La exposición que sigue a continuación pretende ayudar a difundir algo más, si cabe, los festejos en honor a la Virgen del Pino, con sustantividad propia, que tienen lugar a lo largo y ancho de nuestro país.
En España hay cuatro municipios en los que se venera a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora del Pino que son: Vinuesa, en Soria; Niebla, en Huelva; Teror, en la isla de Gran Canaria y El Paso, en la isla de La Palma.

 

VINUESA Y LA PINOCHADA

La villa de Vinuesa se encuentra ubicada en el noroeste de la provincia de Soria y posee una población de poco más de mil habitantes. Está situada en la cuenca del “Duero niño”, cerca de su nacimiento en las cumbres de Urbión, bañada por el Revinuesa. Se alza sobre la loma de un ancho y fértil valle, donde sobresalen sus tejados rojos y su negruzca iglesia, la de Nuestra Señora del Pino, que data de finales del S. XVI y está formada por tres naves con gruesas columnas y arcos apuntados. La imagen de la Virgen del Pino que preside el altar mayor del templo es una talla en madera policromada. La Virgen aparece sentada con el Niño en su regazo y se pueden apreciar en ella las características propias del estilo románico del siglo XII.

Iglesia de Ntra. Sra. del Pino – Vinuesa (Soria)

Vinuesa es conocida como la reina de los pinares por los abundantes y espesos bosques de coníferas que abundan en toda esta comarca pinariega. Además es la puerta de entrada para acceder a la bellísima “Laguna Negra”, paraje natural donde los haya y que Antonio Machado (1875-1939) se encargó de inmortalizar en la literatura, al situar allí el escenario principal de “Los hijos de Alvargonzález”.
Del 14 al 18 de agosto, Vinuesa celebra sus fiestas patronales en honor a la Virgen del Pino y San Roque –copatrono de la Villa-. Estas celebraciones festivas están declaradas de Interés Turístico Regional en Castilla y León desde 1995.
El acto más popular y significativo lo constituye la Pinochada. Este tradicional acto conmemora la victoria del pueblo en un contencioso con sus vecinos de Covaleda por la imagen de la Virgen que apareció entre los dos pueblos. La Leyenda así nos lo cuenta:

Allá por tiempos remotos apareció la imagen de la virgen en la copa de un pino que crecía en el mismo límite entre Vinuesa y Covaleda. El tronco del pino pertenecía a Vinuesa y las ramas caían en la demarcación de Covaleda. Y surgió el pleito. Ambos pueblos pretendían llevarse la gloria de la aparición de la Virgen. Al no ponerse de acuerdo, después de muchas discusiones y razonamientos, llegaron a las manos los dos bandos. Los de Covaleda eran más numerosos que los de Vinuesa y por lo tanto éstos llevaban las de perder, pero sus esposas reaccionaron valientemente y armándose de ramas de pino derrotaron a los de Covaleda, llevándose la disputada imagen de la Virgen, llamada desde entonces Nuestra Señora del Pino y que hoy se conserva y venera en la parroquia de la villa.

La pingada de mayo – Fiestas de Ntra. Sra. del Pino (Vinuesa)

Las fiestas patronales visontinas cuentan con un estricto y singular protocolo que aparece regulado en las Constituciones y Ordenanzas de las Cofradías (la de Nuestra Señora del Pino formada sólo por casados, y la de San Roque, exclusivamente de solteros) que datan de finales del siglo XVII y en acuerdos posteriores. El inicio de las fiestas patronales de Vinuesa se produce el día 14 de agosto, destacando otro acto singular: “La pingada del mayo”. Consiste en colocar dos troncos de pino de unos veintitrés metros y casi una tonelada de peso en la Plaza Mayor y frente a la ermita de la Soledad. El primero lo colocan los hombres de la Cofradía de Nuestra Señora de la Virgen del Pino, mientras que el segundo lo “pingan” los de la Cofradía de San Roque. “El mayo” es un impresionante tronco de pino, únicamente verdecido en la copa, donde se ha atado una pequeña bandera. El día anterior lo eligen los vecinos de entre miles en el monte que abriga el pueblo. En poco más de una hora el antiguo rito celta toma forma –se cree que simboliza un homenaje a la fertilidad masculina- y los mozos siguen las instrucciones para pingarlo y colocarlo en forma vertical hasta el día 18 de agosto en el que se pone fin a las fiestas. Más de cien jóvenes empujan seis aspas (palos cruzados y atados con cuerdas) de diferentes tamaños siguiendo la voz de un vecino experto en el levantamiento.
El 15 de agosto, día de la Asunción, celebra Vinuesa la festividad de Nuestra Señora del Pino y el 16 de agosto, día de San Roque, tiene lugar la “Pinochada”, donde cada año se produce un simulacro de incruenta batalla en la que participan las descendientes de aquellas heroínas que lograron ahuyentar en la Edad Media a los del pueblo limítrofe de Covaleda en la disputa que se suscitó por la imagen de la Virgen del Pino.
A las once de la mañana y después de la bendición de los pinochos (ramas de pino), comienza a celebrarse la “Pinochada”. Las mujeres y las niñas salen luciendo su traje de «piñorra» y portando una rama de pino o pinocho, a veces incluso un pino pequeño. En la plaza se forman dos ejércitos, uno de hombres y otro de mujeres. Primero actúan los hombres enfrentándose casados contra solteros; aquéllos de la cofradía de Nuestra Señora del Pino, éstos de la de San Roque. Armados los dos ejércitos de rodelas y espadas se dan el brazo quedando enlazados los solteros por un lado y los casados por otro. Comienzan a dar vueltas en dirección opuesta y cuando se encuentran frente a frente descargan los golpes sobre la rodela del ejército contrario. Esto se repite por tres veces hasta que finalmente, como mandan las ordenanzas, ganan los casados. Seguidamente entran en acción las mujeres que, armadas de sus pinochos, desfilan por la Plaza Mayor buscándose casadas y solteras. Al primer encuentro comienzan los «pinochazos» terminando con la victoria de las casadas como establece la tradición. Las casadas habían entrado previamente en la Iglesia para pedir ayuda en la batalla a la Virgen. Una vez realizados tres encuentros se unen rompiendo filas todas las mujeres, solteras y casadas, y la emprenden a «pinochazos» con todos los hombres presentes en el acto, ya sean del lugar o forasteros. Según la costumbre la mujer, al dar el “pinochazo”, debe decir «¡De hoy en un año!» a lo que el hombre contesta «¡Gracias!».
Solteros y casados visten en este día el mismo traje de “piñorro”, confeccionado con paño de merino, una camisa blanca de lino y las botas «rastrojeras». Las “piñorras”, o bravas mujeres, visten el traje tradicional, consistente en falda roja con tres bandas de terciopelo negro, corpiño negro de raso y delantal de la misma tela, pañuelo de merino bordado y mantillo de raso negro con adornos de terciopelo.
Señalar que otras teorías de algunos investigadores sitúan el origen de la “Pinochada” en ritos étnicos ancestrales basados en el matriarcado, la familia y el asentamiento poblacional de la zona.
Por último, enumerar una serie de actos que se desarrollan también durante la celebración de las fiestas patronales de Vinuesa, que tienen una singularidad propia y que se regulan en las Constituciones y Ordenanzas de la Cofradía, caso de: Ofrenda de la Vela, Baile de Respeto, Entrega de Bengalas, etcétera.

 

NIEBLA Y SU COLORISTA ROMERÍA.

Romería de la Virgen del Pino – Niebla (Huelva)

La ciudad de Niebla está situada en el sureste de la provincia de Huelva y es considerada la capital histórica de la comarca del Condado. Posee una población de unos 4.300 habitantes. Las aguas rojizas del Río Tinto bañan las márgenes de Niebla, que fue, en anteriores épocas, una fortaleza inexpugnable y de su castillo y murallas, aún quedan en pie algunos vestigios.
El Condado de Niebla guarda una estrecha relación con la Conquista de las Islas Canarias y es de destacar la coincidencia de que la advocación de Ntra. Sra. del Pino surgiera, casi al mismo tiempo, en Niebla (1480) y en Teror (1481).
La tradición sobre el hallazgo de la imagen de la Virgen del Pino de Niebla es recopilada por fray Felipe de Santiago, de la Orden Seráfica, que lo recoge así:

Corría el mes de julio del año 1480, cuando Pedro Sánchez, un día de caza tiró a una paloma que estaba posada en las ramas de un alto y frondoso pino. Pero cuál no sería su asombro al contemplar que le había alcanzado y que el ave no acusaba el impacto. Extrañado por ello, subió a la copa del pino y encontró entre las ramas una imagen de la Virgen con el Niño en los brazos. La paloma había desaparecido. Inmediatamente comunicó lo ocurrido a los cabildos eclesiásticos y secular de la villa de Niebla (…)
Pedro Sánchez construyó a su costa una ermita en aquel sitio. El clero se comprometió a asistir y celebrar una fiesta anual para conmemorar dicha efeméride y el concejo municipal también prometió asistir y dotar la lumbre. Desde aquel momento, gracias a la benévola intercesión de la Señora amainaron en el término de Niebla las epidemias, sequías, plagas de langosta, pulgón, etc. Por tal motivo, el camino que conducía desde la población a la ermita era una constante ida y venida de devotos que fervorosamente la invocan como Ntra. Sra. del Pino por haber sido hallada en ese árbol.

Virgen del Pino de Niebla (Huelva)

La imagen de la Virgen del Pino que se venera actualmente en Niebla data de 1942 y fue encargada para sustituir la anterior incendiada durante la Guerra Civil española. Se trata de una escultura en madera policromada, de 160 centímetros de alto, incluida la peana.
En las afueras de Niebla, a seis kilómetros de la localidad, en una extensa alameda junto al arroyo de Lavapiés, comenzó a edificarse en los años cincuenta del siglo XX la nueva ermita de la Virgen del Pino. Hasta la conclusión de las obras la patrona de Niebla –Virgen del Pino- recibía culto en el templo parroquial de Nuestra Señora de la Granada.
El último fin de semana de mayo se celebra en Niebla la Romería de la Virgen del Pino, que es una de las más populares de Huelva. Un gran despliegue de caballistas, romeros a pie y subidos a los típicos carros y carretas, ricamente engalanados se dirigen desde Niebla hasta el Santuario de la Virgen del Pino, situado en el hermoso paraje de Lavapiés. La multitudinaria y colorista romería se organiza y sale del centro urbano de Niebla precedida por la carreta que porta el Simpecado. Dura la romería dos días con sus noches de cantes y bailes alrededor del Santuario de la patrona. Sus momentos más emotivos son la llegada de los romeros a la ermita y la salida a hombros de la imagen, paseada por el paraje entre el fervor de sus devotos y romeros.
El día 15 de agosto es llevada la patrona desde su ermita hasta Niebla a hombros de los iliplenses para presidir las fiestas. La Virgen está en Niebla hasta el 8 de septiembre, festividad del Pino, cuando se celebra la procesión, finalizando ésta con unos vistosos fuegos artificiales.

 

TEROR Y SU ROMERÍA – OFRENDA

 

Ofrenda a la Virgen del Pino de Teror – Gran Canaria

La villa de Teror se encuentra situada en el centro – norte de la isla de Gran Canaria y a unos veintitrés kilómetros de distancia de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria, con una población de 12.800 habitantes. La historia de Teror está vinculada a dos hitos fundamentales que condicionaron el origen y desarrollo urbano del municipio. Por una parte, el hecho de que Teror se convirtiera en centro mariano y de peregrinación de los canarios; y por otra, su importancia como asentamiento agrícola en tierras fértiles y con abundancia de aguas en las medianías de Gran Canaria.
Según cuenta la leyenda, la imagen de la Virgen María apareció de manera sobrenatural en 1481, el día 8 de septiembre, en lo alto de un pino situado en las inmediaciones donde años más tarde, en 1760, sería levantada la Basílica que la alberga. El hecho carece totalmente de respaldo documental, pero cuenta con la secular y piadosa aceptación del pueblo de Gran Canaria. El prebendado Fernando Hernández Zumbado en la “Novena a Nuestra Señora” (1782) recoge la tradición del hallazgo de esta breve manera:

«Nuestros padres nos han dicho que dirigidos por un resplandor maravilloso la encontraron en la eminencia de un Pino, rodeada de tres hermosos dragos, de cuyas ramas se formaba una especie de nicho; que una lápida muy tersa le servía de peana y que del tronco de aquel árbol nacía una fuente perenne de aguas medicinales»

El lugar de la aparición era un frondoso bosque que en el siglo XV se extendía por todo el centro y norte de la isla, que algunos historiadores sugieren que pueda ser un apéndice de la denominada Selva de Doramas. El pino donde fue encontrada la Virgen era un ejemplar excepcional de pinus teada canariensis que se erguía majestuoso a unos seis pasos de la puerta principal de la antigua iglesia. Pero tal coloso vegetal ya no existe, puesto que fue derribado por un huracán el 3 de abril de 1684.
A lo largo del siglo XX, Teror se consolidó como centro mariano en Canarias, con la coronación canónica de la Virgen en 1905 y su nombramiento como Patrona de la Diócesis de Canarias (provincia de Las Palmas) en 1914, por el Papa Pío X.

Basílica de Nuestra Señora del Pino – Teror (Gran Canaria)

La riqueza artística del templo se manifiesta en el edificio, que posee tres naves, ejecutadas en arcos de medio punto y cubierta de dos aguas, y una torre de sillería amarilla adosada en una esquina de su fachada principal. A propuesta del Obispo Marquina, fue declarada Basílica en el año 1916. La imagen de la patrona preside la capilla mayor y se trata de una escultura de finales del siglo XV o primeros años del XVI, en la que aún perviven acentuadas características góticas.
La historia de la festividad se remonta al siglo XVI, cuando la imagen era llevada a Las Palmas de Gran Canaria para hacer rogativas ante la falta de lluvias que se padecía en la época y desde los primeros años del siglo XVIII comenzaron a desarrollarse las peregrinaciones del 8 de septiembre, aumentando la concurrencia de fieles.
Anualmente la festividad de la Virgen del Pino tiene lugar el día 8 de septiembre. Uno de los hitos fundamentales en las Fiestas del Pino es la Bajada de la Virgen desde su Camarín, para que pueda estar más cerca de los romeros o peregrinos que llegan hasta Teror, y de esta forma venerarla, cumplir sus promesas y agradecerles sus favores.
El día 7 de septiembre tiene lugar la Romería – Ofrenda que es, sin lugar a dudas, el principal acontecimiento y el acto más popular y participativo, que se viene celebrando tal y como se concibe actualmente desde 1952. En ella rinden honor a la Virgen cada uno de los municipios de Gran Canaria, así como cada una de las Islas, trasladando en carretas hasta la Basílica sus ofrendas (las primicias de los frutos de la tierra) y también se realizan diversas demostraciones folclóricas, seguida de romeros ataviados con sus trajes típicos. La romería sale del Castañero Gordo y llega a las puertas de la Basílica, donde se encuentra la Virgen.

Virgen de Pino de Teror (Gran Canaria)

La tradición manda realizar andando el recorrido que separa distintos puntos de la Isla hasta Teror la noche del 7 al 8 de septiembre y congrega a miles de peregrinos de todos los rincones de Gran Canaria, e incluso de otras islas.

 

EL PASO Y SUS FIESTAS TRIENALES

 

Virgen del Pino de El Paso (La Palma)

El municipio de El Paso está situado en el centro geográfico de la isla de La Palma, la isla verde del archipiélago canario, ocupando la parte alta del Valle de Aridane y es el de mayor extensión de la Isla, ya que en su jurisdicción se enclava el Parque Nacional de la Caldera de Taburiente. Las montañas que circundan el término municipal contienen grandes masas arbóreas, principalmente de pinus canariensis. Cuenta El Paso con una población de unos 7.500 habitantes.
La ciudad de El Paso tributa culto a la Virgen María bajo la advocación de Ntra. Sra. del Pino, pero al contrario de las otras poblaciones que hemos analizado, no se trata de la patrona de la localidad. Dicho título lo ostenta Nuestra Señora de Bonanza, que celebra su onomástica cada 8 de diciembre.
Otra diferencia, con respecto a las anteriores advocaciones del Pino, es que el corpulento pino canario donde, según la tradición, apareció la venerada imagen de la Virgen sigue existiendo (su edad se cifra en torno a los 800 años), lo que no sucede con los demás pinos que fueron escenario de los hallazgos divinos en Vinuesa, Niebla y Teror.
Los primeros datos con los que contamos referentes a la advocación de la Virgen del Pino en El Paso, parecen perderse en la noche de los tiempos, produciéndose una confusión sobre si se trata de hechos históricos o leyenda. En cualquier caso, el punto de partida hay que situarlo en las postrimerías del siglo XV (1492-1493), en plena época de la incorporación de la Isla a la Corona de Castilla.
En la obra “Cinco años de estancia en las Islas Canarias” publicada en 1891, del antropólogo francés René Verneau (1852-1938), quien visitó la isla de La Palma a finales del siglo XIX, se recoge la siguiente narración referida a estos hechos:

(…) El pino bajo el cual nos habíamos parado estaba situado en medio del camino. Era uno de los más bellos del archipiélago y poseía toda una historia. En la época de la conquista tenía ya una buena altura y, contrariamente a los otros pinos de Canarias, que crecen derechos, éste se ramificaba y extendía a lo lejos sus largas ramas. Cuando los soldados de Alonso de Lugo llegaron a este lugar, a uno se le ocurrió subirse al árbol, y cuál no sería su sorpresa al encontrar en medio de las ramas una estatua de la Virgen. Ésta tenía una predilección especial por este archipiélago, pues en casi todas las islas se habían encontrado imágenes que no podían haber llegado allí sino de una manera milagrosa. Tal fue la opinión unánime del ejército español en presencia de la Virgen del Pino, de la isla de La Palma (…)
(…) Habían decidido no dejar a la Virgen expuesta a las inclemencias del tiempo y se les ocurrió hacer, en el mismo tronco del pino, un nicho que fuera capaz de recibirla. La operación tuvo un éxito maravilloso, la estatua quedó tranquila y el árbol resistió la mutilación (…)

Otra versión recogida hace partícipes del hallazgo de la imagen de la Virgen a unos leñadores. Esta leyenda ha llegado hasta nosotros por tradición oral.
A unos cinco kilómetros del casco urbano, en las primeras estribaciones de la Cumbre Nueva, dentro del denominado bosque del Reventón, a la vera de un antiguo camino real que conduce a Santa Cruz de La Palma y a la sombra protectora del secular pino gigante, se levanta la ermita de la Virgen del Pino, pequeña edificación de sencillas líneas arquitectónicas, pero enclave de profundo fervor y devoción mariana, que fue inaugurada en 1930. El legendario pino situado al lado de la actual ermita es el que da nombre a esta advocación, ya que según la tradición, la imagen de la Virgen María apareció en este árbol robusto, e incluso en los primeros tiempos tuvo su morada allí, sirviéndole el propio tronco de hornacina.
La nueva imagen de la Virgen fue adquirida por suscripción popular y vino a sustituir a la antigua que ya se encontraba algo deteriorada. Se trata de una imagen de vestir, que mide 90 centímetros de altura. La Madre, de hermoso rostro, porta en su mano derecha un haz de ramitas de pino, y el Niño Jesús sostiene una piña con la izquierda. La imagen primitiva es mucho más pequeña: mide unos 30 centímetros, incluida la peana.

Virgen del Pino de El Paso (La Palma)

La festividad de la Virgen del Pino se celebra con carácter anual y así cada primer domingo de septiembre se lleva a cabo la “Fiesta del Pino”, también denominada Romería a la ermita del monte. El Paso ha sabido mantener, a lo largo de los años, la fiesta romera en el monte, como lugar de encuentro y pervivencia de tradiciones y costumbrismo.
Cada tres años, en los meses de agosto y septiembre, El Paso se viste de gala para celebrar las Fiestas Trienales con motivo de la Bajada y Tradicional Romería que suponen un acontecimiento importante para la ciudad –se confecciona un completo programa de actos festivos que incluye actividades culturales, musicales, deportivas, etcétera-.
El acto central y más representativo de la Fiestas Trienales de El Paso lo constituye la Tradicional Romería de la Bajada, que tiene lugar un domingo de la segunda quincena del mes de agosto (no tiene fecha fija, en la edición de 2009 se celebrará el 16 de agosto) y donde la Virgen del Pino es trasladada, después de oficiada la santa misa, desde su ermita del monte hasta el templo parroquial de Ntra. Sra. de Bonanza, situado en el casco urbano del municipio, acompañada por romeros ataviados con el traje típico, carrozas, parrandas y grupos folclóricos de la tierra. Se trata de una romería multitudinaria -cada edición supera a la precedente en participación- y apoteósica, plena de tipismo y colorido, donde la exaltación de los valores identificadores de nuestros ancestros alcanza su máximo exponente. La Romería de la Bajada del Pino se viene realizando, ininterrumpidamente y con carácter trienal, desde el año 1955.
Culminan los festejos con esa otra Romería, la procesión del retorno a la Ermita, partiendo desde el templo parroquial, con los primeros albores del nuevo día, el primer domingo de septiembre.
Por último, cabe también reseñar que en la edición del año 2003, se recuperó un acto para honrar a la Virgen del Pino que se había dejado de realizar en los años sesenta del siglo XX: la conocida como “Danza de Manuel González”, cuya música y letra son de Pedro Martín Hernández y Castillo.

Danza de ofrenda  a la Virgen del Pino, conocida como Danza de Manuel González (Año 2003)

Escrito por

Carlos Valentín Lorenzo Hernández

(ARTÍCULO PUBLICADO EN EL PROGRAMA DE LAS “FIESTAS TRIENALES NTRA. SRA. DEL PINO” DE EL PASO. AÑO 2009)

 

FUENTES CONSULTADAS
ALZOLA, José Miguel: “La advocación del Pino en la Península y Canarias”. 1991. Museo Canario.
MARTÍNEZ LASECA, José María: “La Pinochada en las fiestas de Vinuesa”. 1989. Revista de Folclore. Caja España. Fundación Joaquín Díaz.
GONZÁLEZ DÉNIZ, Emilio: “Referencias marianas: la Virgen del Pino y la Basílica de Teror”. 2006. Gobierno de Canarias.
Revista del Patronato Provincial de Turismo de Huelva: “Conoce nuestros pueblos: Niebla”. 2008. Huelva.
Programa de las Fiestas Trienales de Ntra. Sra. del Pino. 1997. El Paso.